sábado, 30 de marzo de 2013

Conquista de espacios vírgenes
Técnica sublimada 
Respiración jadeante que exhala jugosas fragancias
Flor de azahar
Enjundia del discurrir espacial
Ego recobrado sin aguas reflejadas 
Plasticidad derramada




Vainilla derretida
Crujir de huesos
Huesos fundidos en la masa
Mano a mano
Paso a paso
Eros alocado, volcado
Volcán de humos chispeantes
Chispazos de sangre y hueso  





Negación
Libertad 
Inmovilidad
To be or not to be
Retrocesión de territorios conquistados
Entrega de cuerpo y alma
Equilibrio roto
Terremoto que se abalanza
Ritmo












Himno plástico
Vaivén
Altibajos que resguardan suspiros de sudor
Apoteosis










miércoles, 27 de marzo de 2013

Parole


Pinceladas del poeta,
Cañonazos de letras,
Respiración de trazos alertas
Jeroglíficos, tortugas fatuas
Caparazones, corazones


La palabra, condenada a cadena perpetua.
Sola, frágil y equívoca
Indomable y excesiva.
Esposada, víctima de celulosa.
En boca, vaporosa.







Pudor de los vacíos que se colman
de los silencios que se saturan.
Bella y traidora,
ensordecedora 
o dócil, aunque atronadora.

De la poudre aux yeux, 
plein les yeux.

Piel curtida de la imaginación
Ninfa osada de la negociación
Oro del silencio
Incienso.
Arco iris instantáneo con vida propia
Asalto de la (in)consciencia.
Voz cadenciosa que anda a tiro
Estuve pendiente de tus labios altivos
Tropecé, me di de bruces con el olvido.

没词儿了。。。
说不定


Palabras proferidas
Brasas de las injurias contenidas
Palabras preferidas
Brazos donde me anidas

Infierno: desánimo blanco
Insomnio: sueño manco
Les mots arpentent mes nuits blanches,
érigent des cathédrales.
Au loin, l'écho du silence inassouvi scande les premières notes d'une rhapsodie. "Oh, oui !" L'espace béant se donne, elle fredonne.
Le "salto mortale"
Périlleux en toute bonne foi.







domingo, 24 de marzo de 2013

Pugna entre jueces

Me sorprendió escuchar que dos jueces estuvieran instruyendo el mismo caso, pero que lo hicieran cada uno por su cuenta. Siempre pensé que los hombres de leyes trabajaban mano a mano, codo a codo. Parece ser que detrás del estandarte "justicia" se oculten rencillas, las que caracterizan la "comedia humana" relatada por Balzac con tanta exquisitez y agudeza. Batallas y duelos perpetrados desde siempre. 

Detrás de las instituciones, se amontonan montañas de trapos sucios que nunca se sacan a relucir por pudor o por honor. Basta con que se tire de un hilo, por pura casualidad, para que se vaya al traste la imagen de rectitud. Ecuánime, imparcial, objetivo, neutral son epítetos espantosamente inhumanos por sobrevalorar nuestra humilde condición. En eso justicia y religión van cogiditas de la mano. Más allá de las pulcras fachadas se hallan inquilinos indeseados, los ocupas de nuestras entrañas, sumidos en la mediocridad repudiada. 

Sé más bien poco acerca de las cualidades que debe reunir un magistrado. Se me ocurre que "magistrado" y "mago" comparten historia. La raíz "magh" significa "tener poder". Ya está todo dicho, o casi. No nos engañemos, el juez no es todopoderoso... Basta con darse una vuelta por Italia, Córcega o incluso España para entender que ciertos enfrentamientos intrépidos a órdenes leoninas se pagan con sangre. Existen, pues, varias justicias y plantarles cara es una ofensa que no tiene marcha atrás. Caen cabezas que salpican suelos inmaculados. Quien se atreva a hacer frente al Orden Oscuro recogerá los frutos agrios que siembra la Muerte organizada, infiltrada con la mayor discreción en las pantomimas democráticas. Una inercia cuyo paso descompasado pisa fuerte.


De las calígines al candil, de la mano de Beatriz. No es así de fácil. La justicia y la religión han de cumplir su misión: poner orden, protegernos contra el caos, dictar conductas ejemplares, juzgar nuestros actos, dibujar fronteras inapelables entre lo bueno y lo malo, decidir por los demás, sentenciar, sellar destinos, cerrar puertas, bajar telones... 

Los muertos no hablan, los recuerdos enmudecidos se desvanecen. Anónimos sin voz cuyo destino se torció. Mala suerte. 






miércoles, 20 de marzo de 2013

Himno al Barça

Mi afición por el fútbol es reciente, relativamente reciente. Mi padre me enseñó a jugar al ajedrez, pero no supo contagiarme su pasión por el fútbol. Mi entorno social me lo puso aun más difícil. El fútbol era la excusa perfecta para verter su ira contra alguien. Despertaba pasiones desoladoras, exacerbaba amistades que todo lo perdonaban, agriaba ambientes afables y, por encima de todo, contrariaba mis veleidades de diversión en un ambiente masculino. La comunicación se entorpecía.

Aquellas pantallas gigantes que estaban tan de moda en los bares se convertían en centro de todas las atenciones. Todas las miradas convergían azoradas sobre ella, era codiciada, anhelada. Yo, algo despechada, desviaba la mirada. Me entraban entonces unas ganas irresistibles de reírme a carcajada suelta: parecían una horda de búhos con la mirada ceñida, des oiseaux de nuit convertidos en aves de rapiña, lechuzas o mochuelos dispuestos a (a)saltar.

Luego, llegaban los interminables y sempiternos comentarios relativos a la mala gestión del árbitro, al penalti que no se pitó y un sinfín de nimiedades que acaban con mi legendario entusiasmo imperturbable. El fútbol, en España, sacaba lo peor del macho, su violencia incontenible. Quedaba a la vista una estrechez mental que, sumada al morbo que afloraba por los poros de la piel velluda, terminaba por provocar tal repugnancia que no me quedaba otra que marcharme a la francesa a falta de poder deleitarme a la francesa.


Me despedí de España una mañana soleada de septiembre. Recorrí mucho mundo, giré alrededor de nuestra inimitable "naranja azul" y finalmente volví a las raíces de la Humanidad. Si bien los viajes me han modelado, sigo apreciando más que nada la grata compañía varonil, no solo por el cortejo, sino por abrirme a espacios recónditos de mi feminidad y librarme de todos los tapujos avasalladores con los que la sociedad ha arropado a las mujeres desde nuestra más tierna infancia. En el país de la Teranga, ahí donde lagos y océanos se incendian en un tumultuoso trance, descubrí la otra cara del fútbol: las reglas del juego, el juego limpio, el colectivo, el tiqui-taca, el espectáculo y la danza. Danzar con una pelota en los pies: ¡vaya reto! ¡Eso es arte, y que me quiten lo bailao!


Hace poco más de una semana escuché a Piqué en la rueda de prensa antes del partido decisivo contra el Milán. Habló con sinceridad, se dio ánimos, muchos ánimos. "No tenemos que callar bocas". Aquellas palabras, cuyo propósito no era sino alentarse, me llegaron al alma. Pensé que el equipo blaugrana no lo tenía fácil, pero que lo iba a intentar. No había escapatoria: El partido tenía que ser un partidazo.




Suelo, cuando me siento a ver un partido, anticipar algunas acciones. Aquella noche, pensé "el primer gol llega (suelo utilizar el indicativo presente para ampliar posibilidades de que ocurra) antes del minuto 5'". Así fue. El argentino abrió el marcador con un gol zurdo en el minuto 4' 43'' que luego apareció en pantalla como minuto 5'. Precisión, entrega y un colectivo infiltrándose en los huecos del Milán... arrancaron al público otro suspiro con la brillante actuación de Messi en el minuto 37'. En la segunda parte, el Barça siguió presionando y el balón que envió Xavi Hernández a Villa fue disparado en las redes milanesas. El encuentro apoteósico terminó con el disparo de Alba: 4-0.


Como sigo fuera España me tocó ver el partido en italiano, lengua de Boccaccio y Dante. El mejor fútbol catalán ante el equipo transalpino comentado en italiano. No hubo apenas diálogo. Sino una lluvia de misiles. ¡Visca el Barça!

http://www.youtube.com/watch?v=NL5B2RiJq1A#

miércoles, 13 de marzo de 2013

Pitonisa


Me invistieron de una potestad denegada y sustraída del Dios Todopoderoso, lacra, huella, cruz, espina que aún tengo clavada, tatuaje en mi piel magullada. Me nombraron en la oscuridad del santuario y me recordaron en los fúnebres Juegos Píticos. Permanecí en el negror del dolor afligido con alma asolada. Una tenue luz irradiaba a ratos aquel oscuro antro y mi vida se endulzaba cuando mis labios, entumecidos, se convulsionaban para dar rienda suelta a palabras incontrolables, clave del oráculo celebrado el día 7 de cada mes.

Emboscada, intenté desesperadamente agarrar a algunos de los peregrinos para enroscarme en un abrazo traicionero de lenta consumición. Uno se dejó enlazar por amor obcecado que repercutió en las vidas por venir. Caí en una emboscada que me tendí a mí misma, escogí a un hombre para salir de mi infierno, aquel mismo que, celoso, por no poder capturarme, esperó años luz, paciente, para vengarse de lo que él presintió, en su locura enamoradiza, como despecho adúltero. Su alma se entregó al rencor, a la envidia y al odio.

Pitia encarcelada, atrapada en mi propia intuición acertada, mi brío enigmático, sufrí en mis carnes la humillación de mis coetáneos. Les daba la clave para lucirse, brillar, escalar cimas de éxitos que ostentaban a la luz cegadora del día. Y yo seguía aislada, maniatada en la jaula de un destino veleidoso.

Decidí rendirme, no me quedaban fuerzas para seguir aquella lucha derrotadora. Acepté el harakiri como quien acepta la eutanasia para aliviar dolores inútiles, saciar la decadencia ininterrumpible.

Desperté en el año de la Serpiente de Agua. ¿Será buen presagio?

Transitar





Tiritar, tirititrán tran tran, tirititrán tran tran, tirititrán tran tran, tiriti tran, tran tran...

Transformación. Transgresión: pied de nez à la routine. Transcripción. Translation. Tra(n)slación: revolución terrestre. Traslación transversal: supongamos un buque en desplazamiento adrizado con un peso que se traslada de babor a estribor, a consecuencia de la traslación, el buque se inclinará desequilibrado según un ángulo de escora. Transeúnte. Trastorno. Trasnochar. Transfusión: ya no corre sangre por mis venas. Transatlántico: buque adrizado o escorado, rescate, redención. 




Trashumancia. Transcriptasa. Transportar. Transacción. Transferencia. Traspaso: barrer la suciedad, esconderla debajo del felpudo con cruz blanca, pretender sanear, hacer el ademán de abrir ventanas, tirar la casa por la ventana, sisar, despojar, expoliar, transgredir, transitar por cloacas, transfigurar la realidad. Tránsfugo. Grasas trans. Transcurrir: tic-tac del tiempo colgado en la pared, corrida sin toros, teoría de la relatividad. Translúcido. Transparencia (1): luz, Veritas Vincit Tenebram. Transparencia (2): proyección de imágenes. Transparencia (3): creación manifiesta de Yves Saint Laurent en 1966, insinuación de piel para fuera, incitación a penetrar mundos recónditos de humedades, invitación a perderse por la okra cálida y mucilaginosa. Transcendental. Transición. Transductor: pendiente de patente. Transitorio: el camino que seguimos hacia la muerte. Transplante. Trasvase. Transpiración: expulsión, exudación, olor a sudor. Transilvania. Transalpino. Transmongoliano. Transiberiano: trenes trepidantes, convoyes decididos con flete humano, compartimentos compartidos con vistas a campos, estepas, cordilleras, ríos sinuosos, horizontes lineales.

Faire dérailler coûte que coûte le train-train quotidien.

Transperce alors le dernier accord de guitare sèche. Suspensión. Aplausos por alegrías.

viernes, 8 de marzo de 2013

Historia de floreros



No he sido nunca muy afín a las conmemoraciones, no sé por qué siempre tienen olor a rancio. Tampoco soy partidaria de salir a la calle en topless para repudiar las actuaciones de un tal Berlusconi. Sin embargo, al 8 de marzo le tengo un cariño especial. Tal vez porque sean varios los hechos que coincidieron sino en sincronía, en osadía. Los castigos infligidos a la mujer en el más allá (sea tiempo o espacio) son un testimonio del descarrío humano. Digo humano porque no creo que deba recaer toda la culpa sobre los hombros hercúleos de los hombres. Me refiero a las venganzas y revanchas femeninas: clímax de las sospechas alimentadas por el silencio del hombre, apogeo de la sumisión aguantada, orgasmo desazonado.

Decía que al 8 de marzo le tengo un apego particular. Ese día nació Maksim. Pero hay más, una mirada hacia atrás, una reflexión. El pasado vuelve desde el olvido. Su respiración, roce rosa sobre la piel, acerca las palabras del más allá. Sin rencor ni pudor, invita a avanzar con paso ligero y grácil de mujer: Elocuencia, Epopeyas, Meditación, Poesía, Música, Melodía, Comedia, Danza y Ciencia.





Entonces, y solo entonces, asaltan ese frágil sosiego dos palabras tajantes que se unen a la duda: "o madre o puta". ¿Y si se nos antojara cambiar de carril de vez en cuando?

jueves, 7 de marzo de 2013

El arte de seducir

El arte de la seducción está arraigado en lo más íntimo de la naturaleza humana sin discriminación. Seducir es cautivar con sensualidad.  Es por antonomasia comunicación embalsamada.
El juego consiste en cazar con armas afiladas sin derramar sangre alguna. ¿Un juego limpio? Nada menos cierto. La lanza de la seducción es el flechazo que se dispara, su caldo de cultivo, la risa.


La seducción necesita del otro como espejo distorsionante. El otro es trofeo o presa. Más que una diversión placentera es un tira y afloja entre pulsiones, impulsos e ímpetus. Cuanta más resistencia oponga la presa, más tensión. De esa tensión nace el deseo insaciable que subyuga al cazador. A mayor resistencia, mayor tormento, acto de amor fallido, tango despiadado, pas de deux marcial. En contrapartida, la entrega sin resistencia es acto sacrificial, sentencia final.



Un cuerpo a cuerpo voluptuoso, una pugna venérea sin vencedores.

La louve

Ecrivons sur la page Pendant que la mer dégage Si la mère enrage Elle effacera toutes les pages